Estudio confirma disminución de oxígeno en los hábitats marinos a nivel mundial.

 Investigación hace mención a la expansión de zonas hipóxicas, donde el nivel de oxígeno disuelto está decayendo en zonas tropicales y temperadas de las regiones acuáticas del planeta.

“Variabilidad Espacio Temporal de Comunidades Macrobentónicas: rol de las fluctuaciones entre normóxia e hipóxia” es el estudio que presentó el investigador de la Universidad de Antofagasta, doctor Aldo Pacheco en el “Ciclo de presentaciones del Programa de doctorado en CS. Aplicadas, mención Sistema Marinos Costeros”, realizado en el salón auditorio del Instituto Antofagasta de la UA.

Al ser consultado referente a su investigación el doctor Pacheco comenta. “Hipóxia se define como la reducción del oxígeno disuelto en el agua hasta ciertos niveles medibles. Las consecuencias de la hipóxia en los organismos marinos son variadas, pero principalmente se experimenta una reducción del hábitat normóxico (hábitat oxigenado), pérdida de la abundancia, biomasa y riqueza de especies, mortalidades masivas, cambios en la complejidad de los hábitats y estructura de las tramas tróficas”.

Junto a lo anterior agregó que el ecosistema marino costero frente a Chile, presenta una zona mínima de oxígeno, es decir, en este ecosistema existe hipóxia de manera natural. Esto posee un reto ya que la hipóxia de manera natural puede incrementar su efecto si hace sinergia con la eutrofización (acumulación de residuos orgánicos en un sistema acuático, que causa la proliferación de ciertas algas) que proviene de las actividades humanas como el vertido de desechos orgánicos. Por lo tanto, es importante monitorear y entender la dinámica de las comunidades marinas y como esta responde ante eventos de hipóxia.

Estudio en la bahía de Mejillones.

Al ser consultado por su actual foco de estudio que desarrolla en el litoral de Mejillones, el doctor Pacheco comenta “El norte de Chile, es una región del mundo interesante para el estudio de los efectos de la hipóxia sobre la vida marina, dado que la zona mínima de oxigeno puede alcanzar profundidades muy someras como los 10m. Esto ha sido descrito para la bahía de Mejillones sobre todo en los meses de mucha productividad primera en la primavera y verano”.

A su vez comentó que desde octubre del 2015, han realizado muestreos mensuales de los organismos del fondo marino (invertebrados y algas) en dos sitios en Bahía Mejillones a 10, 20, 30 y 50 metros de profundidad. Las profundidades estudiadas cubren 3 tipos de hábitats, uno que siempre está en normoxia (10 m), uno que oscila entre normoxia e hipóxia (20 y 30 m) y uno que está en permanente hipóxia (50m).

De estas observaciones explicó que los resultados encontrados hasta la fecha, sugieren que las comunidades de invertebrados que viven en estos sectores exhiben una variación de magnitud en función a la profundidad y oxigenación, es decir; la diversidad y biomasa de invertebrados de gran tamaño declinan a medida que el ambiente se hace más hipóxico, mientras que la abundancia de invertebrados de tamaño pequeño incrementa en la zona hipóxica, por necesitar menos oxígeno para su subsistencia.

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