Sobre el Maestro, la esperanza y la transformación social

Por

Pablo Camus.

Decano

Facultad de Educación

 

Celebramos el día del profesor desde la reflexión más profunda, desde el espacio de trasformación que el Maestro esculpe en cada momento, en cada pensamiento. Aquí, la apuesta del Maestro está en el otro, en ese otro que toma forma y emoción, en ese niño, joven y adulto que se marca en el horizonte.

Es en ese límite donde el profesor es protagonista de la transformación de nuestra sociedad. Su accionar se encamina a derrumbar murallas de injusticia, de esos aprendizajes que mal se distribuyen o acongojan a una sociedad diezmada por un desarrollo imaginario, cruel y a veces desesperanzador.

La pedagogía aparece como un vehículo para sueños que pueden ser posibles, que otra infancia puede brillar y terminar las pesadillas de la cotidianidad. El Maestro es esperanza y pedagogía, es sujeto y objeto de transformación del mundo, se encuentra en el centro del desarrollo de los pueblos, en el centro de las emociones y las expectativas de las personas.

Decano Pablo Camus.

En el día del profesor, evocamos la esperanza del proceso enseñanza y el aprendizaje. En este sentido, celebramos la práctica educativa como una aventura de revelación, una experiencia de desocultamiento de la verdad, diría Paulo Freire. Así, hoy lo encumbramos como el gran revelador y generador de la sustancia que entrega vida al progreso. ¡Vivan los profesores! y la tarea de “descubrir las posibilidades -cualesquiera que sean los obstáculos- para la esperanza”.

Es preciso honrar la labor constructora del profesorado. Destacar su servicio al otro, pero también su perspectiva autocrítica, su necesidad de disponerse al aprendizaje. Recordemos aquí la máxima: “educar es educarse”, a propósito del filósofo Hans-Gerrg Gadameri y la conferencia que pronunció en 1999 en el Dietrich-Gymmnasium de Eppelheim, en el marco del ciclo “La educación en crisis”: debemos pensar en cuál es el sentido de la educación y pensar que ésta es parte de la relación con el otro.

La educación es un proceso de educar, pero también de educarse. Si el Maestro es capaz de educarse con su estudiante, importante será su tarea de conocer y conocernos a partir de nuevos y viejos símbolos culturales que están presentes en nuestra sociedad.

Finalmente, queremos destacar que el derecho de niños, jóvenes y adultos de cumplir sus sueños, radica en que sus representaciones de la infancia tengan una plataforma de desarrollo donde puedan plantear sus desafíos y emprender nuevos conocimientos.

El Maestro en este punto se transforma en el articulador de esperanza y progreso. Hoy lo celebramos y reconocemos en un momento histórico para nuestro país y comunidad educativa.

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David.pasten@uantof.cl

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