Forjados en pandemia: futuros médicos narran sus experiencias en los hospitales

*Actualmente 55 estudiantes de Medicina de la Universidad de Antofagasta realizan sus internados en centros asistenciales de la región. Se trata de una nueva camada de profesionales que se integró de lleno al trabajo de los equipos de salud, en los momentos más delicados de la segunda ola.

Diana Suazo, Estudiante de Medicina UA

Diana Suazo, Estudiante de Medicina UA

“Siempre sentí que debíamos estar ahí, colaborando con el personal de la salud, porque es el compromiso que debemos tener como nueva camada de médicos, sobre todo si provenimos de una universidad estatal”, explica Diana Suazo Yáñez.
Esta egresada del Netland School es alumna de séptimo año de Medicina de la Universidad de Antofagasta y desde de este año cumple su internado en distintos centros asistenciales de la región. Primero estuvo en el Hospital Carlos Cisternas de Calama, luego en el Hospital Regional, más tarde se integró al equipo del Hospital de Tocopilla y ahora se desempeña en la Atención Primaria de Antofagasta, siendo en todos ellos una integrante más del equipo que combate la actual pandemia de SARS-CoV-2.
“Nosotros trabajamos a la par con todos los profesionales del servicio. Nuestro aporte permitió descomprimir la tensión de los hospitales, que estaban saturados por la gran cantidad de pacientes. Una de las cosas que más rescato es aprender del trabajo multidisciplinario que se efectúa en las unidades, porque trabajas con enfermeras, kines, tens, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos, tecnólogos médicos, etc. Fue una experiencia que marcará mi vida”, agrega la joven, de 25 años, quien espera recibirse de médico el próximo año.
Actualmente 55 alumnos de Medicina de la UA realizan su internado y 107 desarrollan sus módulos curriculares (asignaturas prácticas) en centros asistenciales de la región, cumpliendo tareas que han sido fundamentales para mantener la atención de pacientes durante la segunda ola de contagios y luego de ella.
Para todos, la pandemia ha sido una experiencia límite, que los puso a prueba como futuros profesionales y personas.

TUVIMOS MIEDO
Diana Suazo recuerda que atendió pacientes con coronavirus durante 6 semanas en el Hospital Carlos Cisternas de Calama, en el área de medicina interna.
En aquel periodo se separó de su familia porque sus padres se trasladaron a otra ciudad para trabajar, mientras que ella tuvo que ir vivir a Calama con una compañera.
“Mi familia estaba súper preocupada porque cuando ingresé al hospital no había vacunas y con mi compañera, que vivía conmigo, teníamos que usar mascarillas dentro de la pieza. En realidad tuvimos harta precaución y miedo también”, cuenta la futura doctora.
Suazo comenta que durante su internado en Calama vivió muy de cerca el deceso de los pacientes a causa del Covid-19, además de todo lo que significa el aislamiento de las personas que contraen el virus. “Me tocó ver cómo se despedían los familiares de los pacientes más críticos. Son recuerdos que marcan y que quedarán para toda mi vida”, reconoce.
Pero sin duda la experiencia que más la marcó ocurrió en el Hospital de Antofagasta, donde cumplió funciones en Pediatría, Urgencia y Hospitalizados. “Lo más duro fue ver a profesionales de la salud hospitalizados por coronavirus. Fue difícil porque un día estaban trabajando a la par contigo y al otro estaban graves. También fue duro relacionarse con la familia de los pacientes y ver su dolor. Eso es algo que te llega, pero nosotros debemos ser fuertes, porque en ese momento también debemos entregar contención”, profundiza Suazo.
Tras meses de labor, Diana reflexiona sobre la experiencia de ser interna en este tiempo excepcional. “Creo que el trabajo de los internos es fundamental para las unidades médicas, porque nosotros ayudamos a los doctores en todo lo que nos soliciten. Nuestro plus es que aportamos un poco más de comunicación y tranquilidad al paciente y sus familiares, lo que resulta muy necesario porque producto de la sobrecarga que está teniendo el personal, se ha visto reducida aquella interacción”, relata.

Pablo Santibañez, estudiante de Medicina UA

Pablo Santibañez, estudiante de Medicina UA

12 HORAS EN URGENCIA
En su condición de alumno de sexto año de la carrera de medicina de la UA, Pablo Santibáñez fue derivado en junio de este año a la Unidad de Urgencias del Hospital Regional de Antofagasta para comenzar a realizar su primer internado.

El estudiante, de 24 años, recuerda que comenzó con turnos de 12 horas y el trato de los médicos siempre fue exigente. “En urgencias todo tiene que ser muy rápido y bien hecho, tuve que agarrar el ritmo rápidamente para estar a tono y disponible para el personal. La experiencia ha sido bien intensa, pero estoy conforme”, explica.
Pablo atendió a pacientes con coronavirus e incluso tuvo que reanimar algunos de ellos durante su práctica en el hospital comunal. “Una vez me tocó atender a un paciente con Covid-19 que tenía antecedentes de patología pulmonar y entró en paro. Ahí tuve que reanimarlo e intubarlo yo mismo. Después los doctores y el personal me felicitaron porque siendo interno tuve un buen desempeño”, relata.
Para el alumno, iniciar el internado en medio de una crisis sanitaria, es un gran desafío que dejará muchas enseñanzas. “Nos estamos preparando para lo que venga a futuro, porque como médicos tendremos una gran responsabilidad. Y todo este conocimiento y experiencia nos servirá en nuestra profesión”, apunta.

Sebastián Salazar, Estudiante de Medicina UA

Sebastián Salazar, Estudiante de Medicina UA

Sebastián Salazar es otro interno de la UA que cumplió funciones en Urgencia.
Este joven describe que el aprendizaje vivido en la unidad será muy valioso para su formación. “Uno ahí observa las técnicas que utilizan los doctores en el proceso de intubación para después desarrollarlo personalmente. También atendí a pacientes con Covid-19 y otros que llegaban por accidentes. Además, fui testigo del lamento de las personas que se arrepentían de no haberse vacunado y sufrían con los síntomas del coronavirus”, describe.

PRÁCTICAS
Los alumnos de la carrera de Medicina de la Universidad de Antofagasta reanudaron sus internados y campos clínicos en octubre del año pasado, por lo que su presencia en los hospitales y centros de salud de la región coincidió con la segunda ola de contagios, que tuvo su peak entre diciembre y febrero.
“Los estudiantes se desplegaron por todos los hospitales de la región y participaron en la atención de distintos tipos de pacientes. Y en los consultorios colaboran con la trazabilidad que se realiza desde la atención primaria con visitas domiciliarias”, precisa el Dr. Camilo Torres Contreras, jefe de la carrera.
Torres destacó que el aporte de los jóvenes durante la segunda ola de contagios fue trascendental por la magnitud de la pandemia. “El recurso humano se vio limitado por la exigente demanda de aquellas semanas. Y ahí nuestros internos e internas asumieron un rol protagónico, con labores asistenciales en distintos centros de salud. Lo que nos tiene muy orgullosos”, resume.

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