Investigan incorporación de la mujer en cargos directivos

• Una de las conclusiones del estudio es que las universidades del Estado de Chile reproducen los estereotipos de la sociedad chilena en cuanto a machismo y grupos de poder.

Hace algunos días la fotografía oficial del Consejo de Rectores de Chile (Cruch) en la cual no aparecía ninguna  mujer ocupando el cargo de máxima autoridad de un plantel nacional, puso el tema nuevamente en el tapete, desatando junto a la polémica, una serie de cuestionamientos y preguntas sobre la posibilidad real -que tienen ellas- de acceder a los cargos más importantes dentro de las casas de estudios superiores.

El doctor Ricardo Gaete del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Antofagasta aborda este tema, en lo que compete a las “Ues” estatales, por medio de una investigación que comenzó hace tres años, y que hoy ya cuenta con algunas importantes conclusiones.

“Si bien existe una creciente cantidad de mujeres suficientemente preparadas para ocupar cargos directivos, esa situación finalmente no se concreta, fundamentalmente en cargos de elección democrática directa, por ejemplo, rector o decano. En cargos de confianza, como vicerrectorías, secretarios de facultad o jefes de carreras, la situación es diferente, pues hay muchas mujeres que son nombradas por hombres”, explica. 

Causas

A juicio del investigador de la UA, esta situación ocurre pues en las universidades Estatales “se reproducen los estereotipos que existen en la sociedad chilena, en cuanto al machismo y grupos de poder”.

Si bien la investigación del doctor Gaete está en plen o desarrollo, pues el estudio incluye visitas a México para analizar la realidad de ese país, adelanta que de la premisa anterior, es decir, de la reproducción de prácticas sociales arraigadas en la sociedad, se puede desprender además una barrera psicológica que impida a las mujeres acceder al cargo de mayor representación  democrática, como el de rector.

“Eso está descrito en la literatura, donde se incorporan la variables subjetivas de los problemas que enfrentan al desarrollar sus carrereas laborales y la frustración que genera el no poder acceder a cargos directivos. Así, se provoca en ellas una barrera psicológica, que las convence de que no pueden por incapacidad y no por cuestiones externas propias de la organización laboral o la propia sociedad”, explica el investigador.

El caso de la maternidad también debe ser considerado, pues señala el académico que “muchas veces, las instituciones no adecuan sus tiempos y espacios para que las mujeres puedan compatibilizar el desarrollo de una carrera funcionaria con el hecho de ser madre, teniendo incluso que optar por una de las dos”.

Propuesta

Esta investigación comenzó en 2015, fecha en la cual no existía ninguna rectora en las Universidades del Estado, panorama que se mantiene hasta el presente. En ese sentido, el doctor Gaete plantea que las instituciones de Educación Superior deberían revisar sus evaluaciones de desempeño  y jerarquización académica “para que no se produzcan sesgos hacia las mujeres, que les impidan llegar a las jerarquías habilitantes para postular a los cargos más importantes de la organización, fomentando así una cultura organizacional inclusiva”.

Esta línea de investigación tomó como punto de inicio la Política de Responsabilidad Social Universitaria, específicamente a lo que plantea a la inclusión social, derechos humanos e igualdad de oportunidades.