
Opinión UA: el caso Laureate.
Por
Rector UA
Luis Alberto Loyola
El grupo transnacional Laureate está conformado por la Universidad Andrés Bello, Universidad de las Américas, Universidad de Viña del Mar, Escuela Modera de Música y el AIEP, instituciones que en su conjunto tienen más estudiantes que todas las Universidades del Estado de Chile, lo cual a lo menos, suena contradictorio hoy cuando existe un consenso por impulsar la educación pública y de calidad.
Sin embargo, de lo contradictorio pasamos a la aberración cuando explicamos cómo crecieron esos planteles privados. Según un estudio de la Fundación Sol, este grupo transnacional de la educación ha recibido en el último tiempo mediante el Credito con Aval del Estado (CAE) 600 mil millones de pesos, representando un 17,1% del total de este ítem.
Por otro lado, las cifras también nos sorprenden al señalar que una misma carrera tiene un valor de 20% más alto en el grupo Laureate respecto a una Universidad del Estado. Respecto a la empleabilidad al primer año de egreso, las Ues del Estado superan en un 20% a las del grupo internacional.
Para quienes defendemos con convicción el fin al lucro en la educción, estas cifras nos parecen una ofensa y denotan que nuestras autoridades no tienen verdadera intención de sacar al mercado de la educación superior, de otra forma no se entiende cómo el Estado de Chile, con recursos de todos los chilenos, financia a una compañía transnacional.
La reforma a la Educación Superior ingresada al Congreso Nacional hace algunos meses sigue su curso de discusión, pero de ninguna forma en su articulado pone fin a una situación como la descrita en los párrafos anteriores ¿Por qué razón?, no lo sabemos específicamente, pero quizás estamos frente a una triste realidad no asumida, pero que resulta cada día más evidente.
Me refiero a que el Estado de Chile, y sus gobernantes de turno, tal vez sean cautivos de los intereses de las grandes transnacionales, y no sólo en el ámbito de la educación. De ser así, no es hora de ponernos a buscar culpables en nuestra historia política reciente, sino que debemos avanzar en soluciones.
Como hemos dicho desde el Consorcio de Universidades del Estado, CUECH, no nos oponemos a la existencia de un sistema educacional superior mixto, pero si pedimos, y a esta altura de la discusión ya prácticamente exigimos, mayor regulación y que de una vez se termine con el lucro en algunas empresas privadas con dineros y recursos del Estado.
Junto a lo anterior, seguiremos planteando con la fuerza de la razón, que el Estado de Chile se haga cargo del devenir de sus universidades, especialmente las regionales y que las convierta en lo que deberían ser en cada una de las zonas donde se ubican, es decir, en puntales del desarrollo y la generación de conocimiento al servicio de toda la sociedad.