Científicos hablaron de microalgas en la escuela de Lasana
El pasado jueves 24 de junio, se llevó a cabo en el poblado de Lasana, ubicado a 40 km. al noroeste de Calama, el taller “Microorganismos en el Desierto de Atacama”, actividad desarrollada por el PAR Explora Antofagasta de CONICYT y el Laboratorio de Biotecnología Algal y Sustentabilidad de la Universidad de Antofagasta.
Las niñas y niños de la Escuela G-23 Pucará de Lasana, pudieron conocer y observar las muestras de microalgas aisladas desde distintos ecosistemas del Salar de Atacama, incluyendo ríos y lagunas de la región, las cuales fueron recolectadas hace aproximadamente dos años atrás y cultivadas en condiciones de laboratorio.
Las muestras fueron observadas por los niños a través de microscopios, incluyendo algunas que tenían flagelos, las cuales se mueven, haciendo aún más interesante e interactiva la observación de estos microorganismos.
La profesora encargada de la Escuela G-23 Pucará de Lasana, Margarita Jaque, señaló respecto a la visita que fue una experiencia muy interesante.
“Nos esforzamos para tener nuestra sala de ciencias y que los niños puedan tener esta inquietud de investigar, más aún con la presencia de los científicos aquí es algo maravilloso. Aprovecharemos toda la experiencia y los conocimientos que ellos tienen, más las dudas que tengamos nosotros, para quedar con ese bichito de la indagación y que los niños continúen con un trabajo científico aquí en su escuela”.
Taller
Por su parte, la bióloga marina de la UA- CICITEM y doctora en Ciencias del Mar, Mariella Rivas, a cargo de la actividad, referente a la visita del equipo de Laboratorio de Biotecnología Algal señaló que además de lo entretenido, “fue una experiencia muy interesante pues ellos viven acá, en pleno Desierto de Atacama, están insertos en este ambiente que es un poco extremo y tienen que aprender de la biodiversidad que tienen, sobre todo de los microorganismos, que en realidad pasan desapercibidos generalmente” sostuvo.
La visita fue un instancia en donde representantes de la comunidad científica universitaria, pudieron enseñar a los estudiantes las maravillas del mundo de los microorganismo, pero a la vez, ellos también aprendieron de la cultura Lican Antai, sus costumbres, lenguaje y por sobre todo, tener la grata experiencia de saber que hay niños muy interesados en aprender sobre ciencia en las zonas rurales de la región.
