
Agustín Llagostera: “Este libro es un sueño cumplido y no tengo dudas que es un aporte a la historia de Chile”
Hace no más de cinco décadas Chile era, salvo para unos pocos especialistas, un país sin prehistoria. Objetos de piedra, de cerámica, se creían pertenecientes a diferentes culturas de otras latitudes de América, pero sólo bastaba con investigar y reunir las pruebas suficientes para darse cuenta que en nuestro país existió hace más de 12 mil años una rica y larga historia.
Hoy en día, el especialista en la materia, Agustín Llagostera Martínez, doctor en ciencias antropológicas, especialidad en arqueología y académico del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad de Antofagasta, logró plasmar antecedentes de nuestra historia que sin duda no dejará indiferente a nadie. El texto, recién escrito, se titula “Prehistoria de Chile: Pueblos y culturas ancestrales” y consta de 250 páginas que contienen investigación e ilustraciones de una calidad impresionante.
Llagostera en el fondo sabía que de alguna manera debía desenredar esa madeja: miles de objetos englobados en una sola familia, que no se parecían en imagen, no respondían a las mismas técnicas: eran como de mundos diferentes. De ningún modo podían ser obra de una sola cultura. Había que ordenar, definirlos por coincidencias y grupos, encontrar las raíces.
Además a este investigador se le deben otras sorpresas y hallazgos: en Chile hubo una población muy rica en cultura, centros ceremoniales, centros urbanos, que explican la presencia de esculturas en piedra o cerámica –no menores que las de Egipto u otras civilizaciones–, la refinada artesanía, los elaborados colores y los increíbles ceremoniales propios de las altas culturas.
Su trayectoria académica es conocida, pero pocos saben de su sensibilidad por el arte, vecina a la arqueología o de su extraordinaria captación de información sin hacer distingos. Enseña, aquí y en el extranjero. Su vida ha sido la de un docente develando misterios, la de un iluminado ubicando sitios arqueológicos invisibles, por datos de paisanos, leyendas, o documentos olvidados.
¿Cómo surgió la idea de escribir este libro de la prehistoria?
Este es un proyecto de mucha data, siempre me ha gustado escribir libros, anteriormente saqué un libro que lleva por nombre “Los antiguos habitantes del Salar de Atacama”, que fue el resultado del trabajo de 30 años que realicé en el Museo de San Pedro de Atacama. Creo que los científicos tenemos una gran deuda y en ese sentido va mi crítica a los pares, ya que tenemos muchas publicaciones que sólo nosotros podemos entender y eso provoca que el conocimiento se encapsule y no sea entendido por la gente común y corriente.
Por ello que uno de los objetivos del libro es que sea entendido por la gente y también por los especialistas, posee gran cantidad de información y posee fotografías de un gran nivel. Afortunadamente recibí todo el apoyo de la Universidad de Antofagasta y eso permitió el patrocinio de la publicación, además fue regalado a todos los rectores que asistieron la semana pasada al Consejo de Rectores que se efectuó en nuestra ciudad.
¿Cómo podríamos definir bien el término “Prehistoria”?
La Prehistoria empieza cuando llegan los primeros humanos acá a Chile, estamos hablando de hace 12 mil años aproximadamente. Hay señales que indican esa cantidad de tiempo y una de las cosas más interesantes y únicas corresponde a este territorio que es tan extenso y que da una cantidad de matices ecológicos que sorprende. Este es conocido como “periodo paleoindio” y es realmente fascinante saber que convivimos con animales, ya extintos, como los mastodontes, megaterios y un sinfín de seres vivos que ya no conviven con el humano.
¿Qué fue lo que más le sorprende de todo este trabajo de investigación?
Una de las cosas sorprendentes es instruirse en las diferentes culturas. Las momias de Chinchorro, el arte rupestre, la gráfica, el grabado y todo eso se manifestaba sólo a través de dibujos y otros referentes. En ese sentido una de las cosas que me preocupé en este libro fue de la parte gráfica, mostrando la maravilla de cada una de estas obras.
¿Y lo más llamativo de la cultura nortina?
Las tabletas para sustancias alucinógenas son únicas en el mundo. Ellas eran manejadas por chamanes y servían como verdaderas “iglesias” y “altares portátiles”, en ello se producía un rito junto a la imagen de aquellos dioses sagrados. Estos eran de madera y realmente son unas maravillas que le vuelvo a repetir que son únicas en el mundo. Por otro parte, se encuentra las embarcaciones hechas con cuero de lobo, muy resistentes y que las utilizaban para cazar ballenas, algo notable si se piensa el peligro que acarreaba realizar este tipo de acciones.
El libro “Prehistoria de Chile: Pueblos y culturas ancestrales” realizará en sus próximos días su lanzamiento y estará a disposición en las distintas bibliotecas de la región y el país.