
Premio Nacional de Ciencias dictó charla en la UA

Bernabé Santelices, expuso temas referidos a la educación, ciencia y tecnología. Además recibió un reconocimiento por su labor investigativa
En el marco de la celebración del XXXII aniversario, la Universidad de Antofagasta tuvo dentro de sus actividades la visita del destacado académico y Premio Nacional de Ciencias Naturales (2012), doctor Bernabé Santelices.
Aparte de su reconocido trabajo en el área ecológica, especialmente su trabajo con las algas, es autor de documentos sobre el impacto de la ciencia iberoamericana y ha ejercido como asesor de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Economía además de ser miembro del Consejo Superior de Educación y trabajar en Conicyt, donde fue uno de los gestores de los Fondap y trabajó en el programa de FONDECYT.
Bernabé Santelices González (67 años) llegó hasta el auditorio de la biblioteca de la Universidad de Antofagasta para presentar su charla denominada “Presente y Futuro de la Investigación Universitaria”. En la ocasión también se le entregó un reconocimiento a su trayectoria como facultativo.
Durante ese espacio, el académico se dio tiempo para hablar sobre educación, ciencia y otras materias.
¿Cómo evalúa al país en materia de Ciencia y Tecnología?
– En este momento y los años que vienen, la ciencia y la tecnología pasan a jugar un rol estratégico importante en el desarrollo de un país, que tiene que ver con competencias, con desarrollo de nuevas ideas, nuevas empresas, nuevas vocaciones. A ningún país se le ocurriría tener un componente estratégico sin una política de mediano plazo detrás, que no esté cambiando cada vez que se hace cargo un nuevo presidente, eso no ocurre con la ciencia, lo que es una brutalidad porque necesitamos un programa de desarrollo estratégico de educación, de ciencia, tecnología e innovación. Esto en los países industrializados no lo visualizarían como posibilidad, suena tremendamente remoto. Nosotros estamos viviendo así hace mucho tiempo.
¿Faltan más recursos en ese sentido?
– La investigación científica, tecnológica y su transferencia se realizan sólo en unas pocas universidades, las que no sólo carecen de estímulos especiales para realizar esta función sino que, a menudo, deben ayudar a financiar estas actividades con fondos propios. Se observa, además, ausencia de prioridades nacionales en la adjudicación de becas de formación avanzada, así como una falta de compromiso a mediano plazo en los procesos de recuperación y reinserción de nuevos investigadores. Es necesario anticiparse tal como lo están haciendo países como China, India y Brasil. Chile invierte US$ 420 millones anuales en investigación y desarrollo, mientras que Brasil invierte US$ 14 mil millones. Si nos comparamos con los países desarrollados nuestro país invierte entre US$ 55 y US$ 60 dólares per cápita, mientras que Estados Unidos invierte US$ 1.200 y Finlandia US$ 1.700. Entonces, cuando algunos nos quieren comparar con lo que se hace en los países desarrollados, uno piensa que esta gente realmente no sabe de qué está hablando, porque no conocen las cifras.
¿En este contexto dónde y cómo se insertan las universidades del CRUCH?
-De las universidades del Consejo de Rectores, seis, son las que hacen el 75% de la investigación que se publica en Chile. Más que dónde y cómo las inserto, te diría que son ellas el motor de lo que se está haciendo y todo el mundo lo conoce, o sea es la Universidad de Chile, la Universidad Católica, la Universidad Austral, la Universidad de Santiago, la Universidad de Concepción y la Pontifica Universidad Católica de Valparaíso. Luego, el 25% de publicaciones que se producen en Chile lo genera un núcleo de otras 10 universidades que son todas del CRUCH, a excepción de la Universidad Andrés Bello. Este es un aspecto muy típico de Iberoamérica, las universidades son las que hacen el fuerte de la investigación, las empresas no hacen eso. Además, las universidades son las que producen un alto número de patentes, por lo menos en un 30%, y el último producto que las universidades generosamente ofrecen a la sociedad es la formación de cuadros de nuevos científicos y tecnólogos con alto entrenamiento. En ciencia en Chile son las universidades del Cruch las que llevan la delantera. No hay otro lugar donde se esté haciendo todo esto, puede que se haga pero marginalmente, que algún Instituto esté publicando 20 papers al año, pero de los 1300 que publica Chile, se hacen en las universidades del Consejo un 98%.
¿Cuál es uno de los problemas mayores en la Educación Superior?
– Se anticipa un problema que va a ser mayúsculo con los doctorados si es que no se le pone coto, que va a ser muy ingrato. Tenemos 800 jóvenes volviendo a Chile en los próximos dos o tres años, donde hay un número alto de científicos. Si dejamos al mercado que resuelva, no lo va a resolver o vamos a tener a los estudiantes manejando taxis, como sucedió alguna vez en España o volviéndose a los países en donde se formaron, por carecer de un programa de recepción que vaya a dedicarse a capturarlos de vuelta y a insertarlos en distintas universidades o empresas. Creo que vamos a perder parte de los mejores estudiantes que van a preferir quedarse en el extranjero, donde la cosa la tienen relativamente segura y es una lástima porque necesitamos a los mejores. Esto ya debiera dejar de ser tema y empezar a ser solución.
¿Cómo ve la crisis de la educación en Chile?
– Hay algunas cosas que son evidentes en este país y que me llama mucho la atención que la gente que ve políticas públicas en este país no le resulten tan evidentes. A mí, mis padres me dieron toda la educación que me podían dar y en eso no escatimaron esfuerzos y esto fue hace 50 años atrás y eso no ha cambiado, esta es una de las características de este país, que los padres se sacan la mugre por poner al niño en un lugar donde pueda tener una buena educación y de ahí es donde sale en parte el endeudamiento actual. En consecuencia, es algo predecible, entonces me llama mucho la atención que las políticas públicas en un momento determinado no hayan considerado esto y hayan permitido que esta cosa llegase hasta el extremo que llegó. Ahora hay un interés que se está bajando, espero que se apruebe y que ojalá pueda seguir bajando, pero lo que me sigue llamando la atención sin embargo, ¿Dónde está el control de calidad? Este es un mercado elástico, como dicen los economistas, y cuando uno tiene esa situación siempre corre riesgo de que la demanda sea tan grande que cualquier cosa que tenga algo parecido a lo que el producto que se está queriendo lograr, se venda. Entonces, es verdad aumentó un número notable de universidades, pero la calidad de muchas de esas cosas no se compara con otras que hacen las cosas en serio. El control de la calidad que es realmente clave en este asunto es incomprensible que no se tenga bajo control.