“El futuro de la acuicultura regional está en la innovación y el emprendimiento”.
A través de una crítica visión sobre la situación actual de la Carrera de Ingeniería en Acuicultura, el investigador de la UA, Fernando Valenzuela ve en el desarrollo del emprendimiento, innovación y transferencia tecnológica, las directrices a seguir.
Chile, con una situación geográfica privilegiada- casi 4000 km de costa- posee uno de los océanos más prolíficos del mundo, el Pacifico, gracias al sistema de la corriente sud antártica de Humboldt. Esta condición, sumado al crecimiento de la población mundial, la escasez de tierras disponibles de cultivo, la tendencia en el consumo de alimentos más sanos, vuelcan la mirada a uno de los recursos más prolíficos y con más proyecciones conocidos por el hombre: El mar.
Acuicultura regional
En el caso de la Región de Antofagasta, esta proyección debiese ser mucho más auspiciosa, sobre todo por lo estable de nuestro clima ideal para realizar cultivos, y amplias zonas desérticas para generar acuicultura in land a través de ambientes controlados, según explicó Fernando Valenzuela Ingeniero Acuicultor e Investigador de la Universidad de Antofagasta. “Es a través del mar donde podríamos generar el nuevo polo de auge económico de la región, sólo falta la inversión, el desarrollo de capital humano para iniciar este desafío pero no para consolidarlo. Hay que generar una masa crítica, buscar inversionistas, manejar las factibilidades políticas y administrativas para que no sea tan difícil el acceso de los emprendedores a operar un centro de cultivo en el mar o en tierra. Hoy, la tramitación burocrática te hace perder entre cuatro a cinco años”, comentó.
Panorama actual

Fernando Valenzuela: “El futuro de la acuicultura regional está en la innovación y el emprendimiento”.
¿Cómo la universidad aprovecha el potencial de la costa de la región?
Estamos haciendo esfuerzos, pero no veo que estén dirigidos de una manera clara y firme. Tengo una visión crítica en ese sentido, siento que hemos desaprovechado oportunidades, nuestros esfuerzos se diluyen ya que nos falta claridad, seriedad en las propuestas y una visión conectada con las necesidades del desarrollo país. Nuestros proyectos no aplican a un sistema económico de crecimiento o de necesidades de la zona, en el medio ambiente inmediato, en donde debiésemos estar generando impacto.
Desde esa visión crítica, ¿cuál crees que es el proyecto con el que la UA está aportando al desarrollo de la acuicultura en la región?
Tenemos proyectos importantes, pero siento que debemos tener un lineamiento con una clara visión sobre las metas a conseguir. Los equipos de investigación tienen esa visión, pero nos hace falta unificarla, necesitamos generar acuicultura para la sociedad no para nosotros. Debemos generar investigación y desarrollo para transferírselo a la sociedad, y que sean ellos quienes aprovechen esas herramientas nuevas y traducirlas en productividad.
Proyectos emblemáticos
Dentro de la Facultad de Recursos del Mar, uno de los proyectos emblemáticos es el de cultivo del dorado, “además de la producción de biodisel y microalgas, contamos con un proyecto que se encuentra en la etapa inicial, que involucra a recursos como el pulpo y la anguila, que tienen mucho potencial de crecimiento”, señaló Valenzuela.
Lo importante es generar líneas concernientes a establecer un desarrollo acuícola en la región, según explicó el investigador, “pero para eso también se necesita financiamiento, no sólo la capacidad y el recurso humano que la universidad pueda aportar. Necesitamos infraestructura para poder avanzar a la velocidad que requiere hoy el escenario científico internacional”.
A partir de tu visión como investigador y profesional, ¿crees necesario que la carrera de Ingeniería en Acuicultura se vuelva a abrir?
Por supuesto, pero en base a una reestructuración. Nos debemos acercar a los modelos que tienen mayor éxito, como por ejemplo en las universidades europeas en donde las carreras de esta área duran tres años y después con un año más de estudio sales con un Master. Acá con cinco años, recién alcanzas una licenciatura, debiésemos apuntar a programas de formación continuo. Esta es una carrera compleja que mezcla la ingeniería con la biología.
¿Para donde crees que apunta el panorama en acuicultura?
Primero tenemos que unificar una visión y conseguir más capital para sostener los proyectos. En este sentido veo la figura del Ingeniero Acuicultor como un emprendedor, que desarrolla sus competencias en la línea de la innovación, ese el profesional que tiene éxito en esta carrera.
En México por ejemplo, cualquier persona realiza cultivos caseros, reciclando recipientes obtiene sus propias cosechas. En China e Indonesia, el nivel de tecnología es bajísimo, pero los niveles de producción son altos. Acá hay un gran desarrollo en salmones y choritos de cultivo, con tecnologías que se trajeron desde afuera, porque estaban las condiciones, pero Chile todavía no es capaz de sacar una especie autóctona con tecnología 100% generada en el país.