“En Chile sabemos poco del efecto a largo plazo del trabajo en altura”
Rodrigo Iturriaga, Dr. en Ciencias Fisiológicas y experto en medicina de altura de la Universidad de Antofagasta estará presente en Exponor.
Con miles de personas trabajando o viviendo a gran altura sobre el nivel del mar, comprender cómo afecta esta condición al organismo se vuelve una necesidad para la ciencia y la medicina, sobre todo en el norte de Chile, por el gran número de población expuesta.
El Dr. Rodrigo Iturriaga lleva años dedicado al estudio de los efectos de la falta de oxígeno (característica principal de la exposición a la altura) y hoy es reconocido como uno de los principales expertos del país en este campo. Como académico de la PUC e investigador asociado al Centro de Investigación en Fisiología y Medicina de Altura de la Universidad de Antofagasta, su trabajo se ha centrado en comprender el funcionamiento de un pequeño órgano sensorial ubicado en la bifurcación de las arterias carótidas, denominado cuerpo carotídeo, cuya tarea es detectar los niveles bajos de oxígeno (hipoxia) e iniciar los ajustes reflejos cardiorrespiratorios necesarios para mantener el oxígeno normal en el organismo.
Iturriaga participará este jueves en el workshop “Adaptación y aclimatación fisiológica del ser humano a la altura”, organizado por la UA en el contexto de Exponor, donde detallará lo que hasta ahora se sabe sobre los efectos de este ambiente extremo en la salud de las personas.
¿Cómo afecta la altura al organismo de las personas?
En la altura se produce una disminución de la presión de oxígeno debido a la reducción de la presión barométrica. Por ende, dependiendo de los niveles de altura, se producen ciertas respuestas fisiológicas para mejorar la falta de oxígeno, como un aumento de la ventilación mediada por el cuerpo carotídeo y un aumento de los niveles de glóbulos rojos y hemoglobina que permiten un mayor transporte de oxígeno a los tejidos.
¿Qué es el cuerpo carotídeo?
El cuerpo carotídeo es el principal sensor que regula los niveles de oxígeno en la sangre arterial. Este órgano tiene la función de detectar los niveles bajos de oxígeno, conocidos como hipoxia, e iniciar los reflejos cardiorrespiratorios necesarios para mantener el oxígeno normal en el organismo.
¿Qué manifestaciones son de cuidado en las personas que trabajan en altura?
En algunas personas la altura puede producir mal de montaña agudo (puna) y en otras alteraciones más serias de la salud, por ejemplo, se pueden desarrollar patologías como apnea central del sueño, hipertensión y edemas pulmonares, que conducen a un suministro e intercambio de oxígeno alterado. En alturas superiores a los 5.000 metros también se pueden presentar problemas cognitivos perjudiciales para la salud.
¿Qué población es la más complicada en caso de desarrollar un trabajo a gran altitud?
Este es un tema de gran interés. Por una parte, las leyes que regulan el trabajo en altura en Chile definen una serie de comorbilidades, como las enfermedades cardiovasculares y metabólicas, las cuales son incompatibles con el trabajo en altura. Sin embargo, saber cuáles son los parámetros fisiológicos que permiten predecir qué persona se aclimatizará mejor al trabajo de altura, es un tema aún no resuelto. Faltan estudios que permitan definir qué individuos podrían desarrollar complicaciones de salud en el largo plazo de exposición hipóxica.
¿En el caso de los trabajadores mineros que alternan presencia en altura con actividades a nivel del mar, qué efectos pueden producirse?
En general los estudios realizados en Chile muestran que las personas que están sometidas a trabajo intermitente en altura están bien aclimatadas. Sin embargo, algunos individuos suelen presentar policitemia, que es un aumento excesivo del número de los glóbulos rojos en la sangre. También puede desarrollarse una hipertensión pulmonar o trastornos del sueño, como apneas centrales.
¿Las empresas mineras tienen conciencia de los posibles efectos de esta condición laboral en sus trabajadores?
Sí, la empresa minera tiene conciencia de los efectos nocivos de la hipoxia no controlada en sus trabajadores. Por eso algunas faenas mineras han implementado dormitorios con aumento de niveles de oxígeno y de manera bastante regular se realizan controles de salud al personal. La prevención y medidas de seguridad son muy importantes y sabemos que las empresas las realizan constantemente.
¿A su juicio, la medicina de altura debe ser una rama que las empresas incorporen como parte de sus planes preventivos de salud o en la selección de personal?
Yo diría que los conocimientos en fisiología y medicina de altura ya son parte de los planes normales de prevención y selección de personal, pero aún existe una gran falta de conocimientos científicos en Chile que podrían ayudar más en esta tarea. Los estudios realizados en nuestro país son muy pocos en relación a los que se publican en el mundo. Chile es el país con menor inversión en investigación y desarrollo de la OCDE y eso también se percibe en este campo específico.
La UA cuenta con un Centro de Investigación en Fisiología y Medicina de Altura que pronto inaugurará su edificio y nuevos equipos en el Campus Coloso, ¿qué relevancia asigna usted a este centro?
Este centro que pronto se inaugurará será un aporte fundamental a la región y al país, pues no solo permitirá realizar estudios de fisiología y medicina de altura, sino que será un punto de encuentro entre la comunidad, las empresas, los trabajadores y los científicos. Ahí se desarrollarán estudios que servirán para entender los mecanismos de adaptación de las poblaciones que nacen y viven en altura, además de la aclimatización de las poblaciones que trabajan en forma intermitente en la altura y cómo evitar sus consecuencias patológicas.
¿Puede exportarse el conocimiento que se genere en la región?
Por supuesto, el objetivo principal es crear una red estable de investigadores y docentes que permitan un mayor progreso en el conocimiento del ámbito de la medicina y fisiología de la altura y la formación de profesionales al más alto nivel, por eso creemos que será un aporte a la macrozona del norte de Chile y también permitirá establecer contactos regionales con grupos científicos de Perú y Bolivia, convirtiéndose así en un polo de desarrollo académico-científico en toda el área andina. Es una gran oportunidad para la ciencia y la medicina que nos tiene muy entusiasmados, porque de este centro surgirá mucho del conocimiento que nos falta en Chile.