UA participa en proyecto que busca mejorar calidad de vida de personas con Parkinson

  • Neuromodulador cerebral disminuirá las manifestaciones físicas motoras de la enfermedad.

El Parkinson es una enfermedad progresiva y crónica, que causa una pérdida paulatina de la capacidad física y mental debido a la ausencia en el cerebro de una sustancia química llamada dopamina, que es la responsable de transmitir señales entre las células nerviosas que regulan entre otras funciones el comportamiento, la actividad motora y cognitiva y, el estado de ánimo de las personas.

Actualmente este mal no tiene cura, pero es posible retrasar su avance y mejorar la calidad de vida de los pacientes que la padecen que, por lo general son personas mayores de 60 años, aunque hoy en día se reportan casos en que se presenta a una edad más temprana.

Con el fin de colaborar en la detección de pacientes candidatos a recibir un implante neuromodulador, la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Antofagasta, el Hospital Clínico Universidad de Antofagasta, el Gobierno Regional, el Rotary Club Salar Grande han creado un convenio estratégico junto a la Liga Regional Contra el Mal de Parkinson, para impulsar el desarrollo del proyecto “Estimulación Cerebral Profunda: Cambiando Vidas a Pacientes con Enfermedad de Parkinson”, el cual se espera desarrollar durante el año 2022 con fondos aportados por el GORE, la UA  a través de sus proyectos de Vinculación con fondos concursables y la Facultad de Ciencias de la Salud.

Director del proyecto y magíster en Ciencias de la Motricidad Humana UA, Carlos Pacheco Cabrera.

Director del proyecto y magíster en Ciencias de la Motricidad Humana UA, Carlos Pacheco Cabrera.

La mayoría de los pacientes que padecen Parkinson pueden responder muy bien a la terapia médica, pero existen algunos casos en los cuales las complicaciones motoras surgidas a raíz de la enfermedad se vuelven refractarias en su tratamiento y en ellos mismos, por lo tanto, es necesario escalar a terapias avanzadas como lo es la cirugía de estimulación cerebral profunda para el manejo de estas complicaciones.

Esta es una terapia de alto costo que aún no está cubierta por el sistema público de salud. El costo de esta operación de manera particular supera los 50 millones de pesos, dinero que no está al alcance de la mayoría de las personas que necesitan tratarse.

El director del proyecto y magíster en Ciencias de la Motricidad Humana, Carlos Pacheco Cabrera, explica que, gracias a esta iniciativa, 10 antofagastinos que padecen la enfermedad de Parkinson puedan someterse a distintas evaluaciones para determinar si pueden optar a esta revolucionaria cirugía.

“Buscamos colaborar en la evaluación y posterior rehabilitación de pacientes que pueden ser candidatos para recibir el implante de un neuromodulador cerebral en personas con Parkinson para disminuir las manifestaciones físicas motoras de la enfermedad. Es importante explicar que esta terapia no es curativa, pero es muy eficaz en el manejo de los síntomas motores, contribuyendo a mejorar considerablemente la calidad de vida de los pacientes, devolviendo en muchos casos la autonomía, independencia y reinserción social-laboral de los pacientes y sus familias”, explica académico de la UA.

Neuróloga del Trastorno del Movimiento en Adultos del Hospital de La Serena, Dra. María Contreras Pinto.

Neuróloga del Trastorno del Movimiento en Adultos del Hospital de La Serena, Dra. María Contreras Pinto.

La primera fase se llevó a cabo este viernes 17 y sábado 18 de diciembre en dependencias del HCUA y Liga Regional contra el Mal de Parkinson, las personas fueron examinadas por un equipo multidisciplinario para identificar quienes pueden someterse a la cirugía; la segunda etapa es la operación en sí que se realizará en Santiago o Coquimbo y será financiada por otra de las instituciones que forman parte del convenio y, la tercera etapa, consiste en realizar el ajuste y seguimiento de este marcapasos apoyando a los pacientes con una rehabilitación integral que fortalezca y re-eduque las funciones motoras afectadas por el tiempo en que han vivido con la enfermedad, apoye los aspectos nutricionales y psicológicos.

“El neuromodulador que se instalará en el cerebro de las personas tiene una duración de 20 años, por lo que una vez cumplido ese periodo se realizarán análisis según las necesidades del paciente”, agregó.

Para la primera etapa ya mencionada, en la semana del 13 al 19 de diciembre, visitó la ciudad la especialista en Neurología del Trastorno del Movimiento en Adultos del Hospital de La Serena, Dra. María Contreras Pinto, quien realizó una charla a profesionales, pacientes y familias en el Hospital Clínico de la Universidad de Antofagasta, instancia donde explicó la terapia en sus distintas fases y la experiencia con los pacientes de la cuarta región.

“Con esta terapia se logra mejorar 50% en todos los síntomas motores de la enfermedad para que sean menos intensos y duraderos en el tiempo. Es importante que los pacientes puedan acceder a este tratamiento porque les cambia significativamente la vida”, dijo la especialista.

Contreras estimó que sólo el 10% de las personas que padecen de Parkinson están en condiciones de someterse a esta cirugía y detalló que los principales requisitos son tener menos de 70 años y padecer la enfermedad al menos por 5 años. Y que sus síntomas motores no sean del todo controlados con los medicamentos.

Myriam Ríos, usuaria d

Miriam Marín Ríos, usuaria del proyecto y paciente con Parkinson.

“En Antofagasta hay muchos enfermos de Parkinson, lo más complejo es que tenemos un rechazo de las personas porque es algo visual. Tener esta operación retrasará 10 años la evolución de la enfermedad, por lo tanto, tendremos mejor movilidad y seremos autosuficiente en varios aspectos de la vida. Espero que las autoridades se sensibilicen y apoyen esta iniciativa”, dijo Miriam Marín Ríos, paciente con Parkinson y usuaria del proyecto.

A través de este proyecto impulsado por la asociación estratégica de diferentes actores comprometidos con la salud de las personas, se espera lograr que se puedan intervenir de forma gratuita todos los pacientes que lo necesite de esta terapia y con ello, cambiar significativamente la calidad de vida de los pacientes y de sus familias.

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