Luis Alberto Loyola, rector de la UA: “Chile debe avanzar en el campo de las vacunas como lo hizo en el ámbito de la energía”

Tras años de trabajo, la Universidad de Antofagasta se apresta a postular a financiamiento FNDR el proyecto para la construcción de un Centro de Investigación en Inmunología y Biotecnología, iniciativa que busca convertirse en motor del desarrollo de conocimiento en esta área.

El proyecto tiene un costo inicial de 1.700 millones de pesos y asoma como la consolidación de los esfuerzos que desde 2017 realiza esta casa de estudios para potenciar la capacidad de investigación y producción de vacunas y otros productos biotecnológicos en el país.

El rector de la UA, doctor Luis Alberto Loyola, explicó que para la universidad se trata de un proyecto prioritario por sus posibles aplicaciones y efectos sobre la comunidad, el cual podría verse potenciado si -además- se concreta la idea de instalar en Antofagasta una planta productora de vacunas del laboratorio chino Sinovac, debido a la vinculación natural que se generaría entre especialistas de ambos centros.

En opinión de Loyola, la generación de conocimientos que ayuden a comprender y enfrentar las nuevas amenazas para la salud es una necesidad que no se puede pasar por alto.

¿Cómo surge este interés tan marcado de la universidad en el área de las vacunas y la biomedicina, que incluso es anterior a la pandemia?

Esta universidad el año 2017 tomó como una de sus líneas de trabajo el desarrollo en el área de la inmunología, donde una parte tiene que ver con vacunas. Eso se origina desde el momento en que se incorpora capital humano calificado, lo que nos insta a iniciarnos en este camino, que es importante para cualquier país y que Chile en su momento tuvo y luego abandonó.

Cuando sobreviene la pandemia, esto que ya veníamos trabajando toma mayor relevancia y al igual que otras universidades, comenzamos a colaborar de distintas formas en la lucha contra el virus. Partimos con los análisis PCR montando un Laboratorio de Virología con colaboración del Ministerio de Ciencias. Luego aparece una nueva línea de trabajo, que era estudiar el genoma para determinar mutaciones del virus, a la cual se suman más investigadores. De hecho, la UA y el ISP ahora firmarán un convenio sobre la vigilancia genómica en el Norte de Chile y la influencia de la migración en el desarrollo de diversas variantes del virus Sars-Cov 2. Bueno, y todo eso nos mostró la importancia de construir un Centro de Investigación en Inmunología y Biomedicina, que ya está creado como unidad académica en nuestra universidad y cuenta con diez investigadores, más tres investigadores externos de alto prestigio, que son doctor Alexis Kalergis, la doctora Susan Bueno y el doctor Pablo González, de la PUC.

Nuestra meta es esa, tener ese centro y aportar de esa manera al conocimiento en un área que ha quedado demostrado que es tremendamente importante.

¿Qué implica ese proyecto?

Significa la construcción de un centro con laboratorios y un bioterio. O sea, hablamos de un centro que podrá generar vacunas y realizar los ensayos clínicos. Pero no sólo se hará investigación en vacunas, también en productos biotecnológicos para biomedicina, por eso hay distintos especialistas que trabajarán ahí. Todo esto además está asociado a la formación de capital humano, de post graduados en el área, sustentados en la investigación que genere este centro.

En un segundo momento se elaborará un prototipo de planta piloto para producir vacunas y que permita el estudio de toda la línea de elaboración en general, por ejemplo, para ensayos clínicos.

Sabemos que es un proyecto ambicioso, pero con el apoyo de la región, lo podemos sacar adelante. Ya tenemos diez investigadores disgregados en la universidad y la idea es concentrarlos en este centro, que se construirá en el campus Coloso y dependerá de las Facultades de Ciencias de la Salud y de Ciencias del mar y Recursos biológicos.

¿Ha podido conversar sobre este tema con las nuevas autoridades regionales?

Tuvimos una reunión donde les comentamos de qué se trata, pero les vamos a hacer una presentación del proyecto completo. Es un proyecto del orden de los $1.700 millones que esperamos presentar pronto al FNDR, para -ojalá- tenerlo listo en un plazo de dos años. Este es un centro importante para la región, porque la región también tiene sus particularidades y sus propios problemas de salud que hay que abordar. Hacia allá tenemos que avanzar.

SINOVAC

Este viernes visita Antofagasta una delegación del laboratorio Sinovac para evaluar la instalación de una planta productora de vacunas a gran escala, proyecto que también cuenta con apoyo de la UA. ¿Cómo impacta ese proyecto en los planes que ya desarrolla la universidad?

Que Sinovac se instale en Chile ya es un avance significativo, y que se instale en Antofagasta tiene un valor tremendo porque implica una relación entre la universidad y ellos. En consecuencia, existirán lazos de investigación estrechos con Sinovac y con la Pontificia Universidad Católica, que son quienes se relacionan directamente con ellos.

¿Qué importancia tiene para un país pequeño y aislado, como Chile, tener conocimiento propio en el área de las vacunas?

Nuestro país tuvo hace muchos años una planta elaboradora de vacunas, pero dejó de operar. Ahora, el hecho de tener una empresa extranjera de clase mundial instalada acá agrega un valor inmenso, porque dará un impulso al desarrollo científico, y esta planta además elaboraría vacunas para los países vecinos, por lo que el beneficio es más amplio.

Chile tiene que avanzar decididamente en este campo, como lo hicimos en el ámbito de la energía solar, donde años atrás éramos dependientes y hoy no lo somos, es más, hoy somos abastecedores de energía. Tenemos que llegar a eso. Por eso insistimos en que el país debe incrementar su aporte al desarrollo de ciencia y tecnología, estamos a un nivel muy bajo, 0,38% del PIB y debemos estar sobre el 1% al menos. Con el surgimiento del coronavirus, ha quedado de manifiesto la necesidad de tener una red de investigación en el ámbito de las vacunas y en muchos otros ámbitos de la ciencia y la tecnología.

¿Existirá apoyo del Estado para ello?

Es la esperanza que tenemos, y ya que estamos en un proceso constituyente, es muy importante que tengamos una constitución científicamente bien producida, porque para que el derecho a la educación y la salud esté garantizado, es necesario que exista desarrollo científico y tecnológico.  No basta con que seamos una país productor, tenemos que generar valor agregado, y eso obtiene con investigación y desarrollo. Con investigación y desarrollo se puede mejorar la calidad de vida.

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jose.ramirez@uantof.cl

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