Opinión: Extender vida útil de las termoeléctricas

Marcos Crutchik Norambuena. Centro de Desarrollo Energético Antofagasta (CDEA), Universidad de Antofagasta

 

Como parte de la estrategia de Chile para avanzar hacia una economía verde, se planteó la descarbonización de la matriz eléctrica del país para el 2040, sin embargo, hoy existen voces que proponen adelantar esa fecha para el 2025.

La eliminación total de la generación a carbón, y su reemplazo por energías renovable, más allá de algunos aspectos técnicos, tiene además algunos alcances  negativos a considerar  tanto para las zonas donde se encuentran las centrales, en nuestro caso Mejillones y Tocopilla, así como para las empresas cuyas inversiones en dichas plantas aún no rentabiliza.

En este sentido, se debe considerar que las plantas que utilizan carbón ocupan  más personal directo que sus equivalentes basadas en recursos renovables, por lo tanto,  su eliminación significa un cierto nivel de desempleo.

También se afecta  el empleo indirecto, pues disminuye la necesidad de contratar servicios a terceros, algo que favorece por lo general a pequeñas empresas comunales. Se trata, por ejemplo, de la manipulación y almacenamiento del carbón, hecho que hace menos necesario el puerto para la descarga y almacenamiento de ese combustible. Junto con eso, se verían disminuidos o eliminados los servicios relacionados con la ceniza resultante del proceso de combustión, entre otros servicios de este tipo,  que se contratan a pymes de las comunidades adyacentes.

Académico Marcos Crutchik

Si no se hace nada, y sólo se cierran las plantas eléctricas, se produciría un deterioro en el desarrollo de estas comunas, lo cual se podría establecer como una nueva interpretación del concepto “Zona de Sacrificio”, es decir, una comunidad que sacrifica su bienestar económico en beneficio del resto del país.

Una solución que puede atenuar los problemas antes descritos es pensar en una reutilización de las actuales generadoras carboneras mediante la tecnología denominada Batería de Carnot. Básicamente, se trata de cambiar la caldera de combustión del carbón por un sistema basado en sales fundidas, las cuales,  entregan el calor necesario para producir el vapor, manteniéndose el restante equipamiento de potencia ya existente en la planta.

Este es el mismo principio presente en las plantas solares de concentración, como la de Cerro Dominador. Sin embargo, no se usa un sistema solar para producir la fundición de la sal, sino que calefactores eléctricos. La energía eléctrica necesaria para el proceso se compra directamente en el mercado a las empresas que ofrecen hoy energía renovable a precios ventajosos, en particular, en aquellas horas en donde tienen excedentes no despachados al Sistema Eléctrico interconectado Nacional SEN.

Este esquema permitiría reutilizar las actuales plantas generadoras en base a carbón, manteniendo su operación “amigable” y el espíritu de la descarbonización de la matriz eléctrica planteado para el 2040, y junto con eso, atenuar los problemas sociales y económicos ya descritos.

La DLR y la GIZ de Alemania ya desarrollaron la ingeniería asociada a este tipo de propuestas, generando  proyectos para instalar prototipos, demostrando con ello la viabilidad técnica de esta tecnología,

Sería interesante evaluar la posibilidad de utilizar esta alternativa para determinar la viabilidad de reciclar algunas de las plantas eléctricas basadas en carbón instaladas  en las comunas de Tocopilla y Mejillones, que, de acuerdo al compromiso adquirido con la descarbonización de la matriz eléctrica, están programadas para salir de servicio en los próximos años.

 

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David.pasten@uantof.cl

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