Microalgas: revolución verde en el desierto

  • Centro de Bioinnovación de la UA quiere aprovechar la alta radiación solar y los amplios espacios disponibles del desierto, para producir microalgas con fines industriales, alimenticios y biotecnológicos.

Aprovechar las inmejorables condiciones de radiación solar del Desierto de Atacama, así como los grandes espacios disponibles e incluso la alta disponibilidad de agua de mar en las zonas costeras para producir diversos tipos de microalgas con  múltiples aplicaciones industriales, es uno de los objetivos en los que trabaja actualmente el Centro de Bioinnovación. CBIA, de la Universidad de Antofagasta.

El director de este centro. Dr. Carlos Riquelme, explicó que hoy las microalgas se consideran como parte de una verdadera revolución verde debido a sus múltiples beneficios para la vida. “Pueden ser excelentes suplementos alimenticios por su alto contenido de ácidos grasos y omega 3, hasta limpiar ambientes contaminados. De hecho, los japoneses descubrieron que tras el desastre de Fukushima, algunas de ellas actúan como agentes descontaminantes”, explicó.   

Existen miles de microalgas en el mundo, sin embargo, no son más de 30 las que se utilizan con fines biotecnológicos, por ello, es que el doctor Riquelme resalta el amplio campo de investigación y crecimiento que existe y que puede transformar al desierto costero de Antofagasta en un polo de desarrollo mundial.

Proyectos UA

Este centro de la UA, ya ha desarrollado un amplio conocimiento de base y aplicado al respecto. Recientemente culminó la iniciativa Newton, que contó con financiamiento chileno y de Inglaterra, y que logró producir biofertilizantes a partir de las microalgas, pero utilizando las aguas servidas.

“Logramos usando una microalga limpiar el agua, bajando a cero los coliformes, dejándola para el uso industrial o de regadío, junto con generar una biomasa que sirve como abono para algunos cultivos. Ahora queremos hacer un pilotaje mayor, tratando una parte importante de las aguas servidas que se ge  neran en el campus Coloso de la UA”, señaló el científico. 

Luteína

Recientemente finalizó la primera etapa de un proyecto Fondef, que busca producir Luteína  a partir de microalgas. Este pigmento carotenoide , es esencial para el ser humano, especialmente para prevenir enfermedades a la vista como la degeneración macular senil (DMS), las cataratas y la retinitis pigmentosa.

“Tenemos la cepa con mayor producción de Luteína en el mundo, lo cual nos da una enorme ventaja, además, logramos que la microalga creciera y se desarrollara en el agua de mar. Todo este conocimiento está siendo patentado a través de la OTL-UA”, precisó el Dr. Riquelme.

Actualmente este pigmento, que tiene una alta demanda mundial, se extrae del clavel chino cuyos pétalos una vez cosechados, presentan una concentración de 0,03%, mientras que la cepa de microalga del CBIA, llega a un 0,6%, es decir, 10 veces lo que entrega el producto oriental.

La iniciativa del Centro en este campo tiene como  proposito producir en el Desierto de Atacama un producto que tiene gran demanda a nivel mundial, para lo cual se reqiere optimizar los sistemas de producción, cosecha y extracción.  

Marea Roja

El fenómeno de la Marea Roja que cada cierto tiempo afecta a las costas chilenas y de otros países, causando grandes pérdidas económicas a la acuicultura, también es producida por  microalgas, pero se trata  “de algas nocivas”. El profesor Riquelme explica que el gobierno de Japón, nación con grandes inversiones en ese ámbito, “creó un proyecto internacional que busca prevenir la aparición de esta toxina, en el cual, estamos trabajando junto a otras instituciones nacionales”.

En este proyecto se utilizarán herramientas genómicas para estudiar algunas bacterias que aparecen en la columna de agua, y que pueden ser la señal, de la pronta aparición de la temida Marea Roja.

Estos claros ejemplos del enorme potencial que las microalgas tienen y de la oportunidad de diversificación productiva que presentan para la Región de Antofagasta.  Existe el conocimiento, el capital humano, los espacios físicos y las condiciones naturales para hacerlo. Es hora de actuar e ir más allá de los diagnósticos y discursos.

 

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David.pasten@uantof.cl

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