Centro de Mitigación y Catástrofes Naturales (CIMCN) UA analizó frente de mal tiempo antofagastino
14 horas de lluvia fueron las que midió el Centro de Mitigación y Catástrofes Naturales (CIMCN) de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antofagasta. La alarma meteorológica se encendió para la tarde del 6 de junio, esperándose precipitaciones moderadas para la región que se traducirían en 15 milímetros de agua lluvia para la costa antofagastina.
El registro fue distinto, y según el pluviómetro del CIMCN, 24 milímetros fueron los que cayeron sobre la región, mal tiempo que culminó el 7 de junio al medio día y que fue acompañado por otros fenómenos como el granizo y la nieve, afectando especialmente a la zona de la cordillera, donde miles de trabajadores del rubro minero se sorprendieron con la nevada postal en sus lugares de trabajo.
Desde esta unidad de la UA, dimensionan la magnitud del evento comparándolo con lo ocurrido hace 26 años en junio de 1991, cuando un fenómeno de corriente en chorro activó condiciones atmosféricas generando una intensa lluvia de 3 horas (51,3 milímetros), siendo la primera de estas horas la más catastrófica, al dejar caer sobre la ciudad 22.4 milímetros de agua. El agua caída en ese entonces provocó una de las mayores catástrofes aluvionales del norte chileno, dejando un centenar de víctimas y 50 millones de dólares en pérdidas.
Jorge Van Den Bosch, director del Centro de Mitigación y Catástrofes Naturales (CIMCN) de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antofagasta se refirió al acontecimiento climático de la presente semana complementando “la carga de agua se distribuyó de buena forma durante las 14 horas de emergencia climática, esto fue clave para que el suelo manejara bien la carga y no se generaran aluviones ni corrientes de barro destructivas”.
Cabe destacar que el CIMCN UA, ha desarrollando planos de riesgo de aluviones de las distintas quebradas de la ciudad, siendo uno de los últimos trabajos la simulación del movimiento de barro entrado a las zonas pobladas, aporte investigativo de gran relevancia, pues entrega datos fundamentales para determinar con precisión por donde escurriría el peligroso material aluvional si vuelve a ocurrir algo parecido al de 1991.
