Discurso leído por el Rector en Inauguración del año académico 2014

A continuación el discurso completo del rector de la Universidad de Antofagasta en el marco de la ceremonia de Inauguración del Año Académico 2014, realizada el viernes 11 de abril en el Salón Horacio Meléndez.

Rector Luis Alberto Loyola: 

“El escenario de la Educación Superior durante los tres últimos años ha cambiado sustancialmente, el debate de la construcción e instalación de los bienes públicos asociados a la educación superior cobra especial relevancia en este momento, sobre todo como una de  las características diferenciadoras de las Universidades Estatales que las distinguen de las que no lo son.

Las políticas públicas que se pretenden implementar durante el nuevo gobierno buscan “modificar el paradigma del mercado como único eje rector en el ámbito de la educación, a través de la redefinición del rol del estado en todos los niveles educativos”,  y, además, “fortalecer instituciones de educación terciaria públicas, con especial énfasis en las universidades estatales”.

Entendemos entonces que “todo lo que es de interés o de utilidad común a todos los partícipes de un sistema social y que incumbe a los miembros de esa comunidad y a la autoridad, que de allí se emana, es considerado de carácter y legitimidad pública. En contraposición, la utilidad y el interés individual son considerados del ámbito privado, no público”.

En este contexto, el rol que juega la Universidad de Antofagasta como universidad  del estado trasciende a la noble e importante misión de formar profesionales, ya que generar conocimiento, reproducirlo y socializarlo a través de actividades de vinculación, de transferencia tecnológica y cultural, la posicionan en una condición de universidad  completa y compleja, visión con la que fue creada y  que le fue encomendada desde su origen por el Estado y que en términos generales busca contribuir al bien común y a la reproducción del espacio público para la formación del capital cultural del país.

Nuestra Universidad tiene a la vista, como su eje central, contribuir al desarrollo de la región y del país y, en esa perspectiva, hace suya las demandas que la ciudadanía le representa en términos de ser un actor relevante y un interlocutor válido en el momento de la reflexión y el análisis de lo público concerniente a la región. No sólo formamos profesionales de excelencia, creamos conocimiento y lo socializamos. Somos parte del acontecer público en la medida que en nuestras aulas la ciudadanía encuentra la garantía de bien público, que otorga certezas de estar orientadas sólo por el interés de todos y no sólo de unos pocos.

Es en este contexto que se suma al nuevo escenario la propuesta de “un cambio de paradigma en el rol competitivo del sistema educativo estatal, buscando fortalecer la red de universidades estatales en todos los ámbitos de su quehacer a través de la cooperación interinstitucional”, situación que fortalecerá, sin lugar a dudas, el rol de las universidades estatales regionales que a través de esta sistemática interacción, podrán robustecer su rol de actores en el proceso de desarrollo nacional.

En esta realidad, este año debería ser el inicio para redefinir la condición de educación estatal -gratuita y de calidad-, donde esperamos además  que la situación regional sea un atributo que el Estado y  la sociedad reconozcan en su importancia, en la medida que articula el país a su largo y ancho. Somos universidades relativamente nuevas, que debemos responder en los mismos términos de calidad que el conjunto nacional y eso requiere aportes basales suficientes que nos permitan, en las mejores condiciones, asumir esta tarea de lograr los mejores estándares en el contexto regional y nacional.

Nuestra Región de Antofagasta, que desde siempre ha aportado de manera significativa al erario nacional, debe recibir una consideración especial, que permita asumir los retos de vivir y contribuir al desarrollo que nuestra región le  presenta y, que en su variada gama, nuestra Institución ha hecho propios. La energía, la educación, la salud, los recursos naturales del ecosistema marino-costero, son problemáticas que para nosotros tienen especial significación y para ello hemos modernizado nuestra Universidad para estar al nivel de las demandas de la sociedad en cuanto a formar los profesionales que se requieren y contribuir al mejor conocimiento de los temas de interés regional.

Hoy podemos decir que hemos avanzado en:

– Una masa crítica de académicos con postgrado junto a una infraestructura base, lo que permite realizar las actividades de docencia, investigación y vinculación de manera competitiva y acreditada.

– El establecimiento de una plataforma institucional de proyectos, además de contar con los recursos para la innovación curricular de las carreras de la Universidad, orientada por nuestro Proyecto Educativo Institucional (PEI) a través del Convenio de Desempeño.

– Una dotación especializada de funcionarios para la administración y apoyo de las tareas de la organización.

– Una estabilidad económica financiera que le da sustentabilidad al Proyecto Universidad que planteamos.

– Un núcleo significativo de jóvenes académicos con desafíos de formación de posgrado.

– Un  número significativo de académicos con formación pedagógica.

– Un servicio de apoyo a los estudiantes en el ámbito de la salud, socioeconómico y educacional.

– La implementación de diversos programas de fomento y apoyo para la inclusión de estudiantes a nuestras Carreras.

– Una estructura organizacional en base a centros e institutos para el fortalecimiento de la investigación.

– Una vinculación de la Universidad con el medio que es intensa e impacta, en distintos sentidos, en el mejoramiento de la actividad institucional

– Una oferta de postgrado que es pertinente con las áreas de interés y relevancia regional.

 

Estas son las fortalezas que constituyen la base para seguir desarrollando nuestra Casa de Estudios, lo que permitirá enfrentar los enormes desafíos que se nos presentan en el futuro próximo, estos retos son:

– La implementación del proyecto educativo, con un financiamiento de 1.200 millones de pesos para este año, que implica abordar en forma integral la innovación curricular para reformular y renovar la oferta académica en consonancia con los requerimientos y necesidades del entorno laboral, la sociedad del conocimiento y las demandas de innovación.

 – La actualización del reglamento del académico que impulse, valore y califique su actividad académica estimulando el desarrollo completo de la universidad, que lleve a una  carrera académica que implica ser docente o investigador con igualdad de méritos.

 – Fortalecimiento de la investigación que nos conduzca a una universidad de investigación y posgrados “de calidad y compleja”.

 – Implementar apropiadamente, un sistema que permita evaluar y actualizar los sistemas de información académica y administrativa.

 – El fortalecimiento del ambiente de trabajo de toda la comunidad universitaria, enfocándose en la regularización de la planta de funcionarios y el mejoramiento de los espacios universitarios.

 – La instalación del nuevo paradigma de vinculación, es decir, seguir el establecimiento de relaciones bidireccionales con nuestro entorno.

 De acuerdo a lo planteado, nuestra Casa de Estudios Superiores debe, en su nuevo plan estratégico, definir claramente la universidad que  queremos construir en este nuevo escenario y la manera de cómo hacerlo, no olvidando que estamos en un momento clave, en que las exigencias de nuestro entorno requieren de una universidad cuyo quehacer sea de calidad y cumpla con los estándares de mejoramiento de un establecimiento de educación superior estatal y regional que sea EL MOTOR DEL DESARROLLO, de la movilidad social y del acceso equitativo, permitiendo también llevar adelante la apuesta de gratuidad progresiva en la educación superior”.